Los beneficios del juego para los más pequeños son más que conocidos. Como explica UNICEF, el juego refuerza la salud mental de los niños y es esencial para el bienestar holístico de los pequeños preparándonos para la edad adulta.
Sin embargo, a cierta edad, las personas dejan de jugar porque asocian los momentos lúdicos con actividades que corresponden a la infancia.
«No se deja de jugar porque se es viejo, sino que se es viejo porque se deja de jugar«, decía el nobel de Literatura Bernard Shaw.
Diversos profesionales de la psicología y de la psiquiatría han estudiado y demostrado cómo el juego es beneficioso para los pequeños pero también han concluido que en los adultos mejora notablemente su estado de ánimo y de salud.
Stuart Brown es médico, psiquiatra e investigador clínico, y un profesional pionero en la investigación sobre los beneficios del juego en adultos, fundador del Instituto Nacional de Juego en Estados Unidos. Esta es su definición del juego: “Es un estado de ánimo que uno tiene cuando está absorto en una actividad que proporciona disfrute”. Y en su charla TED de 2008 afirmó “Existe evidencia científica sobre los beneficios del juego en adultos. Nada estimula más que el cerebro como jugar, porque nuestra especie está diseñada para jugar durante toda la vida, y lo contrario al juego no es el trabajo, es la depresión”.
El juego es a la vez una fuente de relajación y estimulación tanto para el cerebro como para el cuerpo. El juego es también una forma segura y divertida que permite desarrollar la imaginación y la creatividad y la capacidad para resolver problemas. Jugar con la pareja, con la familia, con los compañeros de trabajo, con los amigos, con los niños, con los niños, etc. Es una manera de cuidar la salud mental.
El juego nos enseña a gestionar emociones, nos ayuda a socializar, aliviar el estrés e incluso en el ámbito laboral, nos motiva, potencia la productividad y hace que la jornada de trabajo se vuelva más placentera.
Jugar es una necesidad. Es tan importante como alimentarse y descansar bien.El juego no tiene edad. Y podemos programarlo e integrarlo dentro de nuestra vida sin sentirnos culpables por ello.
En resumen, en el marco del mes de la niñez, desde Home Concierge, queremos resaltar la importancia de jugar y divertirse a toda edad. Jugar en la vida adulta y no solo durante la infancia, nos hace adultos felices e inteligentes, motivados y plenos.
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