Para hablar de salario emocional, en primer lugar es importante definirlo. El salario emocional se compone de todas aquellas retribuciones no económicas que las personas obtienen a partir de la realización de un trabajo.
Este concepto empezó a tratarse hace unos días años atrás y hoy en día ya es un tema corriente y una demanda cotidiana en las dinámicas de organizaciones y empresas.
Para Marisa Elizundia, especialista en Recursos Humanos y creadora del Barómetro de Salario Emocional (ESB, por sus siglas en inglés), reflexiona, «Invertimos un tercio de nuestras vidas en el trabajo y no podemos pensar en ello sólo en términos económicos. Sí, trabajas por dinero, pero si quitas la parte económica, ¿con qué te quedas? ¿por qué trabajas?”, y agrega “El salario económico es la base, pero hay que sumar a esa ecuación todo lo demás, todos aquellos elementos que te ayudan a crecer personal y profesionalmente. Eso es el salario emocional«.
Muchas empresas han adquirido este concepto como parte de su filosofía y buscan permanentemente distintos componentes para fortalecer la composición de este salario emocional. Vale la pena aclarar que se trata de un aspecto dinámico que puede cambiar a lo largo del tiempo y que en este proceso, el rol de recursos humanos es fundamental para leer el contexto y generar valor a sus equipos en función de las circunstancias y momentos que se estén atravesando.
Asimismo, los especialistas advierten que, un salario emocional alto, no reemplaza ni compensa un salario económico bajo.
Algunos ejemplos de salario emocional, según detalla la IMF Business School son el horario flexible, los días libres, la guardería, los beneficios sociales, las actividades de voluntariado o los espacios de distracción en la empresa.
Sumado a estos factores que pueden componer este salario que activa los valores emocionales, la autonomía, la libertad y el disfrute son tres de los atributos más esperados por los equipos de trabajo.
Las actividades de bienestar, la resolución de trámites, servicios en el hogar, compras y otros ítems pueden resolverse de la mano de Home Concierge para que este anhelo de mayor libertad y satisfacción sea posible. Así la primera compañía de servicios personalizados para individuos, empresas e instituciones, se convierte en un aliado perfecto para componer exitosamente y con agregación de valor el salario emocional.
“Queremos aportar soluciones a las empresas e instituciones para que puedan acercar a sus miembros y equipos todas las alternativas que ayuden a desarrollar un equilibrio perfecto entre vida personal y profesional. Cuando las personas están contentas toman mejores decisiones, producen más y evalúan positivamente sus experiencias laborales ya que se sienten verdaderamente valorados y parte de la organización”, analizaron desde Home Concierge.