La modalidad consiste en ganar dinero por ponerse a disposición de gente muy ocupada o de personas mayores o con discapacidades, para facilitarles y mejorarles la vida cotidiana de un modo integral. ¿Cómo? Encargándose, por ejemplo, de cuestiones como sus trámites y compras, del mantenimiento del hogar y del auto, de organizar las actividades de los chicos, hacer de chofer, acompañar en salidas y a turnos médicos, conversar con alguien que se siente solo y muchos otros «servicios personalizados» que podrían resumirse en cuatro palabras: «lo que haga falta».
Quienes se quedaron sin empleo en plena pandemia o necesitan un ingreso extra vienen recurriendo a rebusques de todo tipo, que van desde hacer delivery hasta trabajar por Zoom para el exterior o cobrar por ir al súper a sacar fotos de góndolas. Otra opción hoy disponible, que puede dar buenas ganancias, es convertirse en una suerte de asistente VIP o mayordomo por horas todo terreno.
¿De qué asuntos pueden encargarse los concierges diariamente?
«La profesión del concierge supone reunir en una misma persona al acompañante, al gestor de trámites, al cuidador y al asistente terapéutico, pero también al asesor, al consejero espiritual, hasta puede ser wedding planner o personal shopper, entre otros servicios de asistencia que habitualmente se brindan por separado», explica a Clarín Alejandro Amestoy, cofundador de HC junto a Diego Naveiro.
“Nosotros contamos con profesionales rigurosamente seleccionados, con un respaldo real en cuanto a garantías explícitas de calidad, capacitación y seguridad. Es extremadamente difícil conseguir personas con ese perfil», comenta.
HC tiene un “equipo de calle” con asistentes listos para acudir a resolver necesidades urgentes, incluso yendo directamente al lugar de la tarea, sin pasar antes por el domicilio del cliente (a veces, incluso, sin conocerlo).
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