Para adentrarnos en los beneficios de contar con un “Concierge”, en primer lugar es oportuno resaltar el significado y la historia de dicha palabra.
Una de las acepciones más conocidas y aceptadas es aquella que refiere que Concierge proviene del latín «conservous», que significa “el guardián de los candiles” y en este sentido, era quien se encargada de complacer cada deseo o petición de las visitas reales a los palacios allá por los años 400.
En Francia y mucho tiempo después, el Rey Luis XI recuperó y resignificó el concepto atribuyéndolo a su personal de confianza, aquel que se encargaba de satisfacer todas las exigencias de sus invitados al palacio real.
En el año 1500, al caer la monarquía y al surgir algunos sitios de hospedaje de primera categoría , la connotación de los “concierge” se reformuló para dirigirse al personal de estos lugares que se dedicaban a la atención del huésped.
Desde 1900 la figura del concierge se posiciona como un rol comúnmente reconocido en hoteles, resorts y otras alternativas de hospedajes premium.
Hoy día tomando como base, esas premisas de confianza, atención, dedicación y compromiso que ha caracterizado al papel del Concierge en las distintas épocas, aparece en una nueva dimensión abocada a brindar compañía y cuidado a las personas mayores y/o con alguna discapacidad así como asistir a profesionales que requieren resolver trámites y gestiones para disfrutar de su tiempo para desarrollar sus ambiciones personales.
Es así como Home Concierge, la primera compañía de servicios personalizados, resalta al Concierge y lo ubica en el centro de su propuesta de valor.
